Sabemos que las sufrimos todos y todas, y sabemos que las generan solo unos cuantos mandatarios, detrás de un submundo de dinero y poder.
A pesar de ello, sabemos que en todo el Planeta el número de personas que empatizan, ayudan y hacen que su día a día esté lleno de amistad y comprensión, es mucho mayor. En eso reside la educación también.
Así que sólo por eso, por porcentaje de personas que apoyan la humanidad, por este inmenso color amarillo de personas con ilusión y fe, dejamos en esta publicación las maravillosas palabras de Etty Hillesum, judía neerlandesa que escribió un diario entre los años 1941 y 1943, poniendo testimonio a su propio fin en un campo de concentración de Auschwitz. Transfigurada por la fe, se transforma en una mujer llena de amor y de paz interior.
Esa que pinta de colores el mapa de nuestro mundo, y es más fuerte que los desastres de unos pocos. La PAZ en cada una de nosotras
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